lunes, noviembre 07, 2016

LOS MAGOS Y EL GIGANTE

  Cuentan que cuentan que me contaron  que una vez un mago que se llamaba Robusco.
El mago Robusco era muy feo  aunque sabía defenderse  y era un poco miedica. Porque  se asustaba por todo.

Vivía  en un pueblo junto al mar. El paisaje tenía flores. y animales. Y  una pradera con caballos.  Los edificios eran grandes y pequeños.

Los magos tenían un coche que iba por  debajo de la tierra y un día dieron un paseo y les atacó un gigante.
Los  magos le dijeron al gigante que porque les atacaba y el gigante les dijo que era porque se aburría y nunca había tenido amigos.

Robusco tenía  miedo pero se acercó al gigante y le dijo que si quería ser su amigo. Entonces el gigante y los magos se hicieron amigos. Y  ya no se volvieron  a pelearse.

Colorín colorado colorín  colorete, por la chimenea sale un cohete.

Carmen Falkenthal 6ºC

LAS AVENTURAS DE ROBERTO


En una época lejana había una cueva oscura y peligrosa. La  cueva tenía dentro  murciélagos, vampiros y serpientes y dentro de la cueva vivían  unos robots muy inteligentes.
 El capitán de los robots se llamaba Roberto. Roberto era muy  pero que muy feo, pero era muy buena persona, inteligente y valiente.
Dentro de la cueva no solo vivían unos robots, también vivía un hombre diminuto.
Un día los robots y el hombre diminuto se encontraron un anillo de oro mágico  y todos se peleaban por ese anillo mágico hasta que llego Roberto y les dijo:
-         ¿Por qué no hacéis  un concurso y quien gane se queda el anillo mágico?
Así fue, hicieron el concurso, se trataba de una adivinanza. La adivinanza era ¿dónde estará el anillo, dónde estará? Quien le encuentre se  le quedara.
No se lo sabía ninguno, pero Roberto tenia la adivinanza escrita en una hoja y cuando Roberto posó el papel el hombre diminuto aprovechó a mirar la respuesta.
Pero los robots le vieron  y se lo dijeron a Roberto. Pero Roberto no se lo creyó. Hasta que vio unas huellas y Roberto sospechaba un poco del  hombre diminuto, y al final se lo preguntaron al hombre diminuto y confesó que había sido él.
Roberto le pregunto que por qué había hecho trampas y dijo que porque quería el anillo mágico y era muy especial para él, y Roberto y los robots hablaron entre ellos y como eran muy buenas personas le dieron el anillo.
Todos se pusieron contentos. Desde ese momento todos se llevan muy pero que muy bien.

Aquí se acaba este cuento como a mí me lo contaron te lo cuento.

ROCÍO MANZANARES LATORRE 6º C