Las cataratas del Niágara, fuerza y belleza
Situadas a unos 236 metros sobre el nivel del mar y con una caída de cerca de 52 metros de altura, se encuentran en la frontera entre Estados Unidos y Canadá las imponentes cataratas del Niágara, compuestas por tres saltos alimentados con el agua de los Grandes Lagos, lo que les da la capacidad de convertirse en las más voluminosas de América del Norte aunque su altura no resulte tan impactante.
Este enorme y hermoso espectáculo natural se compone de las cataratas ‘Horseshoe’, situadas en Ontario, Canadá; las ‘Rainbow’, en jurisdicción de New York, Estados Unidos; y las ‘Velo de Novia’ más pequeñas que las dos anteriores. Los estudios realizados allí revelan que el nacimiento de este fenómeno natural se generó en el periodo de glaciación, cuya culminación se habría presentado hace cerca de 10.000 años.
En este proceso un enorme glaciar se habría desplazado hacia el oriente de Canadá, lo que habría excavado y removido rocas y suelo, hasta el punto de incrementar la profundidad de algunos ríos que habrían adquirido la forma de lagos y conformado así la región de los Grandes Lagos de Norteamérica. De los canales resultantes habrían nacido el río Niágara y las cataratas del Niágara como su correspondiente desembocadura.
Las cataratas en la historia
En la zona residía la tribu iroquesa Ongiara, que bautizó con el nombre actual a las cataratas, por significar ‘trueno de agua’, mientras que la primera vez que se describieron por escrito fue en 1677 por el padre Louis Hennepin. Ya para el siglo XIX el lugar era objeto de una fuerte actividad turística, lo que llevó a que allí se construyeran puentes para facilitar el acceso vehicular, de trenes y peatones.
El carácter turístico de las cataratas del Niágara ha llevado a que allí se desarrollen diversos atractivos que pretenden capturar la atención de los visitantes: cuentan con barcos que desde 1846 llevan a sus pasajeros hasta el borde de las cataratas; restaurantes donde se puede degustar un variado menú mientras se disfruta de la vista del atractivo natural desde el comedor o el mirador y trenes que conectan la Union Station en Toronto con la estación de las cataratas.
Asimismo se puede disfrutar del paseo en automóvil por la Gardiner Expressway al occidente para tomar la Queen Elizabeth Way; los autobuses turísticos con o sin guía; los viñedos y bodegas vinícolas, vuelos en helicóptero, los tours por detrás de las cataratas del Niágara por túneles escénicos y los shows de criaturas marinas como las orcas, focas, leones marinos y delfines adiestrados.
Cómo disfrutar de las cataratas del Niágara
Los conocedores de las cataratas del Niágara explican que un recorrido satisfactorio debe comenzar en Grand Island Bridgey luego dirigirse hasta Goat Island, ubicada entre las caídas de agua del lado canadiense y el americano, desde donde puede dirigirse hasta Terrapin Point (con una extraordinaria vista de los saltos canadienses), Luna Island y las islas Three Sisters.
Luego se recomienda saltar hasta la torre de observación Prospect Point para avistar las cataratas americanas; luego pasar a Clifton Hill y Queen Victoria Park, decorados con jardines floridos y donde se aprecian anocheceres memorables sobre las cataratas; y por último pasar al Aerocar, una cabina semiabierta suspendida en un cable que cruza sobre parte de las caídas de este hermoso paraje que reúne la fuerza y belleza de la naturaleza en un entorno norteamericano.
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